OPUS DEI

Miembros:tipos



El Opus Dei asegura que hay “una sola vocación” de servir a dios, pero que hay distintas formas de vivirla, reflejadas en distintas categorías de miembros hombres y mujeres:

* NUMERARIOS. Son los que eligen permanecer célibes, generalmente viven en centros del Opus Dei. Se calcula que un 20% de los miembros de la "Obra" son numerarios. De este grupo suelen salir clérigos de la prelatura.


Muchos numerarios -salvo los que tienen funciones dentro de la organización- trabajan en empleos corrientes. Donan la totalidad de su salario a la organización y piden dinero para sus necesidades.

El portavoz del Opus Dei en el Reino Unido, Jack Valero, explica que los numerarios se encargan de la dirección espiritual y la formación de los demás miembros. Para ello, dice, tienen una educación especial -filosófica, teológica y doctrinal- que dura muchos años.

Son también los que, por disponibilidad, se trasladan a aquellos países donde la “Obra” pretende expandirse. Asimismo, suelen ser activos en el proselitismo (por ejemplo, reclutar nuevos miembros), según reconocieron numerarios con los que dialogó BBC Mundo.

Miembros y ex miembros de este grupo también contaron que se practican regularmente varias formas de mortificación. Por ejemplo: colocar sobre el muslo el “cilicio” (una malla de metal con puntas) y azotarse con las “disciplinas” (una cuerda que termina en varios brazos con pequeños nudos).(Francisco Lavín)

* SUPERNUMERARIOS. Son los miembros casados o solteros que por su vida familiar están menos disponibles para las actividades de la prelatura. Su vocación es la misma que la de los numerarios, pero su colaboración en dinero y tiempo es menor.

Conforman el grupo mayoritario dentro de la organización: el 70% del total de miembros, según el Opus Dei.(Joaquin Lavín)

* AGREGADOS. Como los numerarios, eligen el celibato pero no viven en centros del Opus Dei, frecuentemente por razones personales, quizás porque deben cuidar a sus padres ancianos o tienen un negocio familiar que interferiría con su disponibilidad.

Los críticos dicen que en este grupo se “discrimina” a quienes no cuentan con formación universitaria o provienen de familias más sencillas. Pero el sacerdote español del Opus Dei José Carlos Martín de la Hoz lo niega afirmando que en este grupo también hay intelectuales, además de "albañiles".

Como en el caso de los numerarios, los miembros agregados pueden convertirse en sacerdotes.

* NUMERARIAS AUXILIARES. En general mujeres que optan por el celibato y están a cargo de lo que el Opus Dei llama “administración” de los centros. De hecho, esto significa -según dijo a BBC Mundo la numeraria auxiliar española María Emperatriz Cantalejo- cocinar, lavar, hacer las compras y atender la puerta y el teléfono, “como una madre de familia”.

Cantalejo reconoció que los hombres no tienen que estar cuando entran las mujeres a su centro a hacer las tareas, para evitar tentaciones. Los críticos ven a este grupo como un ejemplo de la discriminación de la mujer en el Opus Dei.

Además existen los llamados cooperadores. No son considerados miembros del Opus Dei, pero aportan dinero y tiempo para las iniciativas de la "Obra". No se les exige ser católicos. El Opus Dei afirma que es la primera institución de la iglesia que tiene cooperadores no cristianos.

Actividades

Según Valero, todos los días los integrantes de la “Obra” van a misa, hacen oración mental, rezan el Rosario, leen la Biblia y hacen una lectura espiritual, es decir, un libro clásico o moderno que puede contribuir al desarrollo espiritual. Y una vez por semana se confiesan.

Además, dice, participan en una charla semanal con quien se encarga de su formación, un retiro espiritual mensual, un curso de retiro anual de varios días y, también cada año, un curso de formación de varias jornadas.

Esto en términos generales. Después hay algunas prácticas particulares para cada tipo de miembro. Por ejemplo, las mortificaciones corporales en el caso de los numerarios.


Cómo se entra



El ingreso al Opus Dei es por invitación y, al ser verbales todas las respuestas de la organización en el proceso de admisión de los laicos, estos no tienen prueba alguna de su pertenencia a la “Obra”.

Miembros y ex miembros contaron a BBC Mundo cuáles son los pasos de la incorporación. Primero, dijeron, se determina si la persona tiene “vocación”. Participan en esta decisión, por ejemplo, los directores de los centros del Opus Dei, el numerario laico que la trata o un sacerdote.

* Carta de admisión. El aspirante debe escribirle al prelado del Opus Dei solicitando su incorporación como determinado tipo de miembro, según le hayan aconsejado quienes “descubrieron” su vocación. Esto se llama "pitar" dentro del Opus Dei. El postulante debe esperar como mínimo seis meses antes de que se le conteste afirmativa o negativamente. Durante ese tiempo se le explican aspectos del Opus Dei.

* Admisión. El nuevo miembro se incorpora jurídicamente y en los primeros cinco años –como mínimo- debe renovar su compromiso anualmente, cada 19 de marzo, que es la festividad de San José. “Es un simple contrato verbal entre la ‘Obra’ y cada uno de sus miembros”, explica a BBC Mundo el numerario español Xavi Basozabal. Si no hace la renovación anual, el aspirante automáticamente deja de pertenecer jurídicamente al Opus Dei.

* Fidelidad. Después de cinco años llega un momento en que el postulante puede hacer una promesa definitiva de seguir el “espíritu del Opus Dei”. Es aquí cuando los numerarios y agregados se ponen un anillo como señal del compromiso que han adquirido.

Además hacen un testamento. Según Raquel Rodríguez, de la oficina de información del Opus Dei en España, "sólo se ceden los bienes que son fruto del trabajo, no los heredados”. Pero dos ex numerarias del Opus Dei, Carmen Charo y Ana Azanza, aseguraron a BBC Mundo que se deja absolutamente todo al Opus Dei.

* Dispensa. Quien ha hecho la fidelidad y quiere irse, debe escribir una carta al prelado pidiéndole que le dispense de los compromisos adquiridos. "Como casi todo en el Opus Dei, la respuesta es verbal", afirma Rodríguez. Algunos ex miembros se han quejado de que la “Obra” les hizo reescribir una y otra vez la carta para que pareciera agradecida y no incluyera reproches al Opus Dei.


Cómo funciona



La estructura del Opus Dei aparece como una trama compleja en la que se cruzan autoridades religiosas, laicas y diversas jurisdicciones.

En la sede central del Opus Dei en España viven numerarios hombres
En 1982 el papa Juan Pablo II convirtió a la agrupación en “prelatura personal”, en un hecho sin precedentes en la historia de la iglesia católica.

En otras palabras, el grupo pasó a ser una suerte de diócesis supraterritorial que no está sometida ni a la jurisdicción ni a la autoridad de los obispos, sino que responde directamente al pontífice. Esto le ha dado relativa independencia dentro de la iglesia.

Críticos señalan que de esta manera se ha conformado un “núcleo de poder” en el Vaticano, de una “iglesia dentro de la iglesia”. El portavoz del Opus Dei en el Reino Unido, Jack Valero, lo niega e insiste en que el Papa no permitiría que algo así ocurriera.


La sede central del Opus Dei se encuentra en Roma, con lo que se ha querido subrayar el carácter universal del movimiento. Quien está a cargo de ella es el prelado y sucesor de Escrivá de Balaguer, monseñor Javier Echevarría, un obispo de nacionalidad española.

Su segundo es el vicario general Fernando Ocáriz.

Más abajo en la estructura, la organización posee vicarios regionales. Por ejemplo, en el caso de España quien ocupa este puesto es Ramón Herrando.

Altos cargos

Las altas funciones directivas las desempeñan clérigos, si bien se trata de una agrupación predominantemente laica en la que apenas 1.800 miembros (poco más del 2%) son sacerdotes. El clero de la prelatura suele provenir de los fieles dispuestos al sacerdocio.

"El gobierno supremo y los vicarios son sacerdotes", admite a BBC Mundo Raquel Rodríguez, de la oficina de información del Opus Dei en España.


Javier Echevarría (izq.) es el actual prelado del Opus Dei
Sin embargo, explica, los laicos tienen dos órganos que los representan en Roma, con los que el prelado gobierna de forma colegiada: el Consejo General (hombres) y la Asesoría Central (mujeres).

Y en cada país funciona una Comisión Regional (hombres) y una Asesoría Regional (mujeres), que reportan a los sacerdotes que actúan como vicarios regionales.

Finalmente, en el nivel local existen centros que organizan la formación y atención de los fieles. En estos sitios que pretenden erigirse en "casas de familia cristiana" viven miembros numerarios (célibes). Hay "casas" separadas para hombres y para mujeres. Sus autoridades (el llamado “consejo local”) son laicas: un director, un subdirector y un secretario.

Clérigos del Opus Dei se encargan de la capilla de cada centro: celebrar misa, recibir confesiones y brindar guía espiritual a los miembros.

Para elegir a la máxima autoridad del Opus Dei –el prelado- hay un número determinado de electores. El voto de los hombres es vinculante, mientras que el de las mujeres tiene un mero carácter consultivo. El resultado debe ser confirmado por el papa.

¿Discriminación por sexo? Según Rodríguez, no lo es "porque el prelado se elige de entre los hombres".

Jurisdicciones

También en Roma funciona la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que se describe a sí misma como una asociación de clérigos “intrínsecamente unida al Opus Dei”.

El sacerdote español José Carlos Martín de la Hoz explica a BBC Mundo: “Los clérigos que pertenecen a la ‘Obra’ reciben orientaciones del prelado del Opus Dei, tanto en lo espiritual como en cuanto a encargos pastorales concretos, y para lo que sería la praxis ordinaria siguen los lineamientos de su diócesis (bajo la autoridad del obispo local)".

Todo esto ha llevado a algunos analistas a preguntarse sobre la verdadera naturaleza del Opus Dei: ¿no se genera una confusión de roles y jurisdicciones?, o, ¿cómo un movimiento que predica la santidad en medio del mundo, que el propio Escrivá de Balaguer fundó como laico, terminó "enquistándose" en la estructura del Vaticano?

"No hay conflicto de jurisdicciones, sino una perfecta armonía”, asegura Martín de la Hoz.

Y explica que el Opus Dei es una parte de la iglesia católica, una institución cuya novedad consiste en que un clero propio y una gran masa de laicos trabajan juntos. Agrega que está dirigida por sacerdotes para mantener la orientación religiosa. Las funciones de cada uno, reitera, están "claras".

Sin embargo, hay quienes tienen una distinta interpretación de la actual estructura del Opus Dei, a la que califican de "engendro" que no responde a su propósito original. Estos afirman que la "Obra" se ha clericalizado.

posted by Tadeo Infante @ 11:46 AM, ,


La balanza, en equilibrio

En 1964, cuando Khruschev acusaba a China de revisionista (supremo agravio en la jerga comunista), el general De Gaulle reanudaba con ella sus relaciones diplomáticas e intercambiaba embajadores. Poco antes había dicho, privadamente, ante el consejo de ministros: "Si dejamos a China cocinarse a fuego lento detrás de su Gran Muralla, terminará por explotar. Los chinos devendrán radicalizados, si es que ya no lo están. Hace falta ayudarlos a abrir sus ventanas".

En 1972, luego de la famosa aproximación en los partidos de ping-pong, el espectacular viaje del presidente Nixon a Pekín abrió una nueva etapa del mundo. El recuerdo viene envuelto en cierta nostalgia, cuando se comprueba lo que son decisiones de larga visión de hombres de Estado en tiempos como éstos, en que Occidente anda tan perdido. La evocación nos permite, además, medir en perspectiva lo que ni ellos pudieron imaginar, con esta China potencia mundial, transformada en gran prestamista de los Estados Unidos, con sus 850 mil millones de dólares de reserva, sostén de la moneda norteamericana; esta China que construye 44 aeropuertos nuevos (ya posee 142), a un costo de 14.540 millones de euros, mientras se prepara para la Olimpíada de 2008 y la Exposición Universal de Shanghai de 2010.

En torno de esa irrupción china, hay quienes aún agitan el fantasma de un peligro universal. Su expansión económica, su desarrollo del armamento atómico, su reivindicación de Taiwan como provincia propia (pasos obvios para quien se siente potencia) alimentan ese prejuicio. Podemos entender el temor comercial de quienes compiten con China en cualquier sector de la producción, pero no compartir esa visión prejuiciosa, que ignora la idiosincrasia de ese pueblo milenario, dotado de un sentido del tiempo con una perspectiva alejada de nuestra prisa occidental.

El propio Mao dijo: "La historia de nuestro gran pueblo, desde miles de años, se caracteriza por particularidades nacionales La China de hoy es un desarrollo de la China histórica. De Confucio a Sun Yat-Sen, nosotros nos constituimos en los herederos de todo aquello que hay de precioso en nuestro pasado". Sus continuadores de hoy, que dieron por tierra con su política, que borraron hasta el último vestigio de su "revolución cultural", tanto piensan lo mismo -como chinos que son- que dejaron como testimonio su retrato en la plaza de Tiananmen. Den Xiaoping sentenció que él no haría con Mao lo que Khruschev había hecho con Stalin y allí quedó esa imagen, que Andy Warhol popularizó en Occidente con su retrato pop.

China se siente llamada, por vocación histórica, a ser el equilibrio. Nada es más afín a su cultura que la búsqueda de la armonía. Esa milenaria inclinación no pasa por la anécdota histórica del comunismo, apenas un aleteo en su periplo temporal. Una charla con Den Xiaoping, hace ya 18 años, me lo dejó en claro. Siempre han temido, hacia el Este, el militarismo japonés y, hacia el Oeste, la inclinación a la anarquía de los rusos. El destino supone mantener siempre la balanza en equilibrio.

Hoy, el discurso es el mismo, y vengo de oírlo en mi cuarta visita a un país que en 30 años ha avanzado un siglo. El presidente Hu Jintao, en la Casa Blanca, acaba de sostener: "Tanto China como los Estados Unidos tienen gran importancia mundial. Los dos países comparten importantes intereses estratégicos Debemos comprender y manejar las relaciones China-Estados Unidos desde el punto de vista estratégico en el largo plazo". Inscribió esa definición política en una tocquevilliana comparación: "Tanto el pueblo chino como el norteamericano son grandes pueblos. Los norteamericanos, que son optimistas, emprendedores, pragmáticos e innovadores, han llevado a los Estados Unidos a la cima de los países desarrollados durante un período de 200 años y han tenido notables logros económicos, científicos y tecnológicos. Por su parte los chinos, que son trabajadores, valientes, bondadosos y astutos, han creado una brillante civilización con miles de años de historia. El pueblo chino se encuentra ahora transitando un camino de desarrollo pacífico, tratando de llevar adelante la modernización del país en el proceso de reforma y abriéndose al mundo exterior".

La política sigue monopolizada por "el Partido". Los medios de comunicación también. Pero el eufemismo de la economía socialista de mercado no esconde un aluvión de capital extranjero, una incorporación al mercado mundial, luego de su ingreso en la OMC, y el desarrollo de una vigorosa sociedad de consumo en la que están sumergidos los 800 millones de chinos que viven en las ciudades.

En ellas va creciendo vertiginosamente una clase media de pequeños empresarios, ejecutivos de multinacionales, comerciantes y profesionales. Son quienes pueblan hoy las calles de ciudades tan repletas de automóviles como las más abigarradas metrópolis occidentales. Es verdad que 500 millones siguen viviendo en un medio rural pobre y atrasado, pero nueve millones por año se marchan al medio urbano en busca de oportunidades. La equilibrada absorción de esa masa es uno de los mayores desafíos de esta economía que creció al 9,4% anual desde que en 1978 Deng Xiaoping inició su proceso de reforma y apertura bajo la idea de "liberar el espíritu, que implica luchar contra la desviación de izquierda y la de derecha".

Hace un mes, sobre el río Yangtsé, el río madre de la civilización china, el más largo de Asia, se inauguró la más grande represa del mundo: 120 metros de alto, 2,3 kilómetros de largo, 23 millones de metros cúbicos de hormigón.

Hu Jintao, ingeniero hidroeléctrico, no concurrió, preocupado por la posibilidad de que esa gigantesca barrera transformara la histórica corriente en un depósito cloacal. En ese revelador episodio se conjugan, a la vez, la capacidad gigantesca de realización con los riesgos ecológicos que amenazan un desarrollo sostenible. China precisa energía para sostener su expansión, pero ahora tiene que atender también los problemas que va generando el crecimiento: aumento de la desocupación en las ciudades, polución ambiental, suba del valor de las viviendas, desigualdades salariales.

China está en la base de la actual expansión económica del mundo, la mayor en un siglo, que lleva al milagro de que todos los países de nuestra América latina -sea bueno, regular o malo su gobierno- puedan mostrar indicadores de crecimiento. La pregunta es cuánto podrá durar este impulso, si podemos contar con que esta demanda fabulosa de acero, petróleo y energía que hace el gigante asiático continuará, si esos problemas que asoman no comprometerán su ritmo.

Los hechos nos dicen que su PBI hoy es el cuarto del mundo y que desde 1978, año de la apertura liderada por Deng, ha venido creciendo a una tasa asombrosa del 9,4% anual. Pasó de 147 billones de dólares a 2230 billones. Su PBI per cápita, sin embargo, lo ubica en el puesto cien del mundo y si se mantiene el ritmo previsto sólo en 2020 sería de US$ 3000 por persona. Como siempre dicen los chinos, nuestros números asombran, hasta que se dividen por 1300 millones de personas

Las autoridades prevén ahora una tasa menor de crecimiento para los próximos cinco años: 7,5% anual, que en cualquier caso le permitirá a China ubicarse como la segunda economía del mundo. Su nuevo plan de desarrollo aspira a reducir el consumo de energía, que se despilfarra; mejorar la situación en el campo y así frenar el drenaje masivo hacia las ciudades de gente sin trabajo ni preparación; enfrentar esos enormes problemas ecológicos y lograr una mayor armonía entre la economía y un desarrollo social con grandes masas salidas del hambre, pero aún situadas en niveles de pobreza.

Es un esfuerzo gigantesco. Están obligados a reorganizar empresas ineficientes, incapaces de competir internacionalmente, que hoy dejan gente sin trabajo; explotar el carbón y los recursos energéticos en gas y petróleo del profundo oeste; mejorar la infraestructura de comunicaciones para que el desarrollo de la zona costera pueda ir alcanzando al inmenso territorio; profundizar aún más la competencia empresarial, con leyes antimonopólicas; moderar sus impresionantes superávit comerciales, generadores de reclamos para que revaloricen el yen.

Los problemas no se ocultan, ni aun en la prensa oficial. Pero basta observar la calle para advertir la dinámica de la sociedad. La primera vez que viajé a China me asombraba observar, desde la ventana de mi hotel, en Pekín o Shanghai, las bandadas de bicicletas que poblaban la calle y que al encenderse la luz verde del semáforo parecían la largada de una carrera. Hoy, el mismo espectáculo se vive con automóviles, que ya no lucen aquel anticuado diseño soviético: son productos sofisticados de una ingeniería europea, japonesa y norteamericana.

En 2000 se producían 600 mil automóviles por año; en 2005, llegan a cinco millones. La industria cultural ocupa a diez millones de personas en producciones audiovisuales, periodísticas y artísticas. La Lenovo, la fábrica de PC, adquirió IBM y hoy hasta en Estados Unidos han adoptado restricciones ante su incontenible avance. Los teléfonos móviles superan ya a la telefonía fija y Motorola, Nokia y las demás grandes firmas están instaladas produciendo aparatos.

La clase media avanza para configurar rápidamente uno de los grandes mercados de consumo. Si consideramos como perteneciente a la clase media a quien posee un trabajo fijo y una vivienda, el 40% de la población urbana ya está en ese nivel. Serían unos 320 millones de personas, que pueblan los grandes shopping centers que florecen en las ciudades, del mismo estilo que los de Occidente.

Un símbolo visual de esa expansión es Pudong, el nuevo distrito de Shanghai, al otro lado del río. Es una expansión provocada por la saturación de Shanghai, donde se construyeron 3500 rascacielos en 15 años y hay que desplazarse por calles en superficie y vías aéreas en las que se circula en la altura, pagando peajes internos en la ciudad. Y bien: Pudong, a la que vimos hace veinte años cuando recién nacía de la nada (apenas un caserío), hoy ya está poblada por 110 multinacionales y abrió un aeropuerto que, junto con el antiguo, moviliza a 35 millones de pasajeros al año.

Quien circule de noche por la vieja rambla de Shanghai, dominada por los clásicos edificios de la época inglesa, la del hotel homónimo de la novela de Vicki Baum, verá del otro lado (el de Pudong) un espectáculo urbano comparable a la Ciudad Gótica de Batman, con una esférica torre de comunicaciones, los rascacielos rivalizando en fantasías ópticas y reflectores proyectando cambiantes haces de luz.

"La tecnología y la gestión en la producción no pueden calificarse de capitalistas. Vienen del dominio de la ciencia; ellas son útiles a no importa qué sociedad y no importa qué país", le dijo Deng a Oriana Falacci en 1980. Su "principio de la realidad" ha transformado la milenaria sociedad, aunque su humanidad sigue fiel a su condición. Confucio y Lao Tsé permanecen en su mente.

El sistema político es cerrado y autoritario, pero el ciudadano vive más libertades que las que nunca antes conoció, al impulso de una reforma económica que le mejora su vida. En los próximos años, cuando ese desarrollo madure, naturalmente reclamará aún más libertad. Y ése será el momento en que, como me dijo Deng en el Palacio del Pueblo -en 1989, pero hablando de 2020-, habrá que ver si es posible conciliar el socialismo con la economía de mercado.


Julio María Sanguinetti
Para LA NACION
El autor fue dos veces presidente de Uruguay (1985/1990 y 1995/2000).

posted by Tadeo Infante @ 9:28 PM, ,


La Equidad y los Odiosos Impuestos

Informe N. 512. Economía.


La Equidad y los Odiosos Impuestos
29/11/2005 Por Andrés Sanfuentes

El debate presidencial se ha caracterizado más por las sonrisas que los contenidos, tal como lo señaló el cardenal Errázuriz. Los candidatos han sido cuidadosos en no hacer propuestas “pesadas”, que espanten a sus eventuales electores, de manera tal que la campaña no ha dado lugar a intercambios de ideas en que se confronten propuestas estratégicas sobre el futuro del país. Incluso, cuando Hirsch combate acremente el “modelo” económico imperante en Chile, es cuidadoso en no pisar partes sensibles de sus oyentes. De repente, Lavín se puso belicoso, pero ese papel no le sienta, y lo abandona reiteradamente.

Este escenario tiene la ventaja de haber creado un clima electoral tranquilo y además, dejar a los candidatos muy libres en sus acciones, en caso de triunfar.

Las desventajas son obvias: los ciudadanos no saben con claridad cuáles serán las políticas generales que implementará cada postulante y menos aún las medidas concretas que se ejecutarían ni la coherencia de los temas.


Sorprendente Acogida a Temas Inesperados


A pesar de lo anterior, en el área económica han surgido algunos temas importantes, como la necesidad de efectuar una reforma previsional y de mejorar la equidad de la sociedad chilena. En cualquier circunstancia, esas materias debieran ser altamente conflictivas, pues constituyen aspectos que podrían modificar significativamente la distribución del ingreso, la cual es la principal fuente de discrepancia en las políticas públicas. Sin embargo, en la actual coyuntura, y con los debidos alcances, han recibido un sorprendente consenso en la necesidad de abordarlas.

La falta de equidad, la desigual distribución del ingreso nacional y la necesidad de corregirlos han tenido un acuerdo muy parecido al alto grado de generalidad en que se ha desarrollado la exposición de las ideas. Curiosamente, en vez de entrar a un grado de concreción mayor, el debate derivó hacia el aspecto tributario, es decir, la forma de financiar el mayor esfuerzo fiscal que implican los programas.

Un aspecto está claro: para mejorar la equidad es necesario que se incremente el gasto fiscal. Incluso las cifras propuestas son semejantes. Las diferencias ocurren respecto al financiamiento del mayor esfuerzo fiscal.


Las Fuentes Alternativas de Recaudación


Si se parte de la base que se requieren mayores ingresos fiscales para financiar el gasto fiscal, cuyo incremento posibilitaría una mayor equidad, y que el tamaño de ese incremento es similar, es necesario examinar las fuentes alternativas para obtener estos recursos. Se pueden analizar varias opciones:

1) Manteniendo la misma estructura tributaria, el crecimiento económico trae consigo mayores ingresos.

2) Es factible reducir otros gastos fiscales y destinar esos recursos a los nuevos programas.

3) Se pueden incrementar algunos impuestos.

4) Es posible suprimir varias franquicias tributarias y, de esa manera, incrementar las entradas fiscales.

5) Reducir la evasión y elusión tributaria.

El efecto del crecimiento económico es decisivo. Durante el período 1998-2003, en que la economía creció con lentitud, no solo se generó un déficit fiscal, sino que tuvo que diferirse el avance de varios programas sociales. Incluso crecer al 5% o 7% anual hace una diferencia significativa en la recaudación, especialmente cuando una parte apreciable del gasto es inercial (como son las pensiones o los subsidios a la educación municipal y privada) e incluso hay compromisos para el futuro que han sido generados por nuevas leyes ( como es la reforma procesal penal y la reforma de la salud).

Las estimaciones de los paneles de expertos sobre la capacidad de crecimiento potencial que tiene la economía chilena en el mediano plazo, señalan que es difícil mantener un crecimiento mayor al 5% anual y que es iluso pensar en el 7% en forma sostenida.


La “Grasa” en el Gasto Fiscal


Otra fuente es reducir algunos gastos y destinarlos a los programas que mejoren la equidad y la distribución del ingreso.

Hacer propuestas en este aspecto es materia de otro informe. Sin embargo, el punto se puede ilustrar con algunos ejemplos. La promesa que ningún joven puede quedar al margen de la educación superior por motivos económicos, finalmente se está implementando, aunque sea de una manera imperfecta y significará un fuerte desembolso fiscal, a menos que sea financiado por una reforma seria en la cobranza de los créditos universitarios, fuente de serias injusticias e inequidades en la realidad actual. En la materia se ha avanzado muy poco, a causa de la generalizada oposición de los segmentos involucrados y de los sectores más poderosos de la sociedad chilena.

La situación existente con los gastos fiscales destinados a los subsidios de enfermedad de la madre y los hijos menores de un año, constituye una situación vergonzosa, tanto en términos éticos como distributivos. El proyecto de ley enviado por el Gobierno al Parlamento hace un par de años, el cual buscaba reducir esta anomalía, no contó con el respaldo parlamentario suficiente para aprobarlo. Reducir este gasto indebido permitiría contar con recursos suficientes para financiar la incorporación masiva de niños pequeños de familias de bajos ingresos a los jardines infantiles, proyecto en el cual existe un consenso generalizado en el país que contribuiría a mejorar la equidad, la calidad de la enseñanza y la incorporación de la mujer a la fuerza laboral.


Incremento de Impuestos


Es bastante obvio que a nadie le gusta que le suban los impuestos, a menos que tenga claridad sobre el destino que tendrían los fondos recaudados. Sin embargo el ligar directamente un impuesto a un destino específico está prohibido por la Constitución, y con razón. Ese elemento fue el que impidió que el “royalty” a la minería pudiese ser destinado a un fondo específico para financiar la transferencia tecnológica, tal como se pretendía.

Las propuestas de los candidatos han sido diferentes en este aspecto, aunque todos coinciden en que es necesario mantener el IVA en el 19% actual. Sobre el resto de los tributos es conveniente centrarse, por su importancia, en los gravámenes a la renta, tanto a las empresas como las personas.

Por lo general, los partidos políticos de Derecha, así como sus parlamentarios, son contrarios a todo incremento de impuestos. Desde 1990, las discusiones tributarias han sido entre el Gobierno y Renovación Nacional, tal como ocurrió en el acuerdo que posibilitó la reforma de 1991. Por su parte, para la UDI se trata poco menos que un asunto doctrinario y no sujeto a conversación; el rechazo es total.

El tema tributario incomoda al Gobierno y la Concertación, y durante 15 años no ha tenido éxito en unir la necesidad de un mayor gasto social a su financiamiento mediante gravámenes fiscales. En este aspecto, la Derecha ha tenido éxito en pedirle explicaciones por sus propuestas tributarias en circunstancias que “se podría ser más eficiente con el gasto fiscal”, de donde se podrían obtener los fondos necesarios.

En la actual campaña presidencial el tema ha sido recurrente, en especial porque los candidatos proponen proyectos que implican fuertes desembolsos gubernamentales que es necesario financiar.
La discusión ha estado perturbada por un elemento decisivo. Éste es que la recaudación depende crucialmente de dos elementos: el crecimiento económico de los próximos cuatro años y el precio del cobre. En efecto, buena parte del financiamiento dependerá de cuánto crezca el PIB. En este asunto, el único que se ha jugado por una cifra categórica es Lavín, quien señaló que en su eventual Gobierno alcanzaría al 7% anual.

Esta magnitud es difícilmente alcanzable, en especial por la incertidumbre internacional, así como porque las estimaciones sobre el Producto Potencial efectuadas por los paneles de expertos calculan un crecimiento anual muy inferior.

Por otra parte, es difícil que el precio internacional del cobre se mantenga a los niveles actuales durante un período prolongado.


La Propuesta de Lavín


La propuesta de Lavín aparece como la más elaborada. Es interesante, porque combina elementos de carácter doctrinario con aspectos claramente populistas.

Lo más importante es la modificación del impuesto a la renta, en que postula nuevamente que es necesario que el tributo a las utilidades de las empresas se cobre sobre las utilidades repartidas a los accionistas o dueños, y no sobre los beneficios devengados, como lo establece la ley actual. En esta ocasión la propuesta se presenta matizada: su “caballo de Troya” es rebajar la actual tasa del 17% al 0% para el caso de las pequeñas empresas (1). Para las medianas y grandes se han planteado diversas fórmulas, entre ellas, diferenciar el 17% entre 10% si las utilidades se reinvierten y 20% si se reparten.

Además, se propone reducir el impuesto a la renta de las personas que sería en la actualidad “muy alto y muy progresivo”, así como ampliar los tramos que afectan la progresividad.

También postula reducir el tributo de timbres y estampillas, que grava principalmente el otorgamiento de créditos, a un máximo del 1,2%, en el cual las PYMES podrían imputarlo al pago de otros tributos.

El candidato no ha ahondado en su propuesta de otorgar franquicias a las inversiones en regiones “por fuentes de trabajo creadas”, probablemente por su carácter distorsionador del sistema tributario y por constituir una fuente importante de evasión y elusión tributaria.

Adicionalmente, plantea modificar el mecanismo de incentivo a las donaciones, estableciendo como franquicia un crédito tributario del 35%.

Finalmente, postula reducir el impuesto a la bencina, “porque ahora los automovilistas pagan peajes y el TAG”.

En síntesis, se trata de un conjunto de modificaciones que eliminan buena parte del escaso elemento redistributivo que tiene el sistema tributario, buscando crear estímulos a la inversión. En segundo término, implica una disminución de la carga tributaria, esperando compensar este efecto con los frutos de un alto crecimiento económico.


Los Objetivos de Piñera


La propuesta de Piñera parece menos elaborada, aunque los efectos son similares a los de Lavín. Propone un “impuesto plano” del 18%, tanto para las utilidades de las empresas como para el progresivo a la renta, manteniendo el crédito del primero sobre el segundo, que reduciría su tasa marginal en 20 puntos, a lo cual se agregaría que la exención se elevaría a $ 800.000 mensuales. No hay un pronunciamiento claro sobre las utilidades no repartidas.

También propone eliminar el impuesto a las herencias y el de timbres y estampillas. Hasta aquí la propuesta es nítidamente regresiva, pues elimina drásticamente la escasa progresividad del actual impuesto a la renta.
Con relación a los tributos específicos, postula eliminar el que grava a las bebidas analcohólicas “por anacrónico” y subir los que afectan a los tabacos, alcoholes, la gasolina y las patentes de automóviles, en circunstancias que una propuesta del Gobierno para subir algunos de estos específicos fue rechazada no hace mucho en el parlamento por los partidos de Derecha, con el argumento que las tasas eran ya tan elevadas que su rendimiento sería escaso al incrementarse la evasión.


Las Prioridades de Bachelet


El tema central no está en los impuestos, sino en el programa de Gobierno que implicará un mayor gasto fiscal. De ahí se parte para buscar los recursos. Es muy probable que en la medida que se mantenga la actual situación de crecimiento y alto precio del cobre los recursos adicionales no sean urgentes. Sin embargo, las perspectivas son un menor crecimiento de la recaudación, en cuyo caso se plantean dos fuentes adicionales de recursos:

1° Una ley anti evasión. Incluso se ha estimado un ingreso adicional del orden de US$ 300 millones anuales.

2° La eliminación de varias franquicias tributarias, tales como las señaladas por el Ministro Eyzaguirre en su Estado de la Hacienda Pública 2005, en la cual se centró en tres casos: Zonas Extremas, Construcción y “ex 57 bis”.

La postura de la candidata ha sido que no desea subir los impuestos, a menos que sea necesario para financiar su programa social, en especial la “Agenda por la Igualdad”. Sin embargo, al interior de la candidatura existen diferencias entre la posición del Comando y alternativas como la presentada por Chile 21, que agrega a las anteriores aspectos tales como limitar el uso del FUT, regular el traspaso de ganancias a agencias del exterior, clarificar el endeudamiento relacionado y regular las utilidades de las sociedades de profesionales.


El Rebelde Hirsch


No cabe duda que Hirsch ha puesto algo de color al debate presidencial, al proponer cambios de fondo al “modelo” económico, lo cual tiene obvias consecuencias tributarias. A pesar que en materia tributaria los temas no han sido demasiado explícitos, una piedra angular la constituye una reducción de los actuales niveles de evasión y elusión, que estima en 1/3 de los actuales ingresos tributarios.

Entre los aspectos específicos, propone fijar como límite a las pérdidas contables de las empresas un tercio de su capital social, establecer un plan contable único y obligatorio y el término del secreto bancario para fines de tributación, idea que ha sido fuertemente resistida por los sectores empresariales en diversas ocasiones.



Andrés Sanfuentes: Editor Económico de www.asuntospublicos.org

posted by Tadeo Infante @ 11:41 PM, ,


Cada vez más personas debaten con Stephen Hawking sobre el futuro de la humanidad




El científico lanzó en la web la siguiente pregunta: "¿Cómo puede sobrevivir cien años más la raza humana en un mundo que se encuentra sumido en el caos político, social y medioambiental?". En dos semanas, más de 23 mil personas de le enviaron sus respuestas. Hay opiniones para todos los gustos.


¿Cómo puede sobrevivir cien años más la raza humana en un mundo que se encuentra sumido en el caos político, social y medioambiental? La pregunta que el científico Stephen Hawking lanzó por Internet no pasó desapercibida en el ciberespacio. Desde el día en que se publicó en el portal de Yahoo!, más de 23 mil personas respondieron sobre el tema.

Entre las 23.220 opiniones que ya se publicaron, hay de todo. Algunos dicen que hay que "tener Fe en Dios". Otros, en cambio, ponen sus esperanzas en manos de la "tecnología". Pero también hay lugar para quienes proponen que la humanidad se mude: que habite el espacio o, incluso, las profundidades del océano.

Una participante escribió que el único modo de sobrevivir otro siglo será "vivir bajo tierra". Mientras que un usuario, identificado como Andrew H, sostiene que "habrá que vivir en Marte".

Por su parte, semanas atrás, Hawking –quien se encuentra postrado en una silla de ruedas a causa de una enfermedad nerviosa- dio a conocer su propia teoría. Lo hizo al dar una charla en Hong Kong, donde dijo que la humanidad podría refugiarse en algún otro planeta del espacio.

posted by Tadeo Infante @ 7:20 PM, ,


El fracaso de la “guerra preventiva”

La guerra convencional contra Irak, iniciada hace un año, duró poco tiempo. Las tropas de Estados Unidos y sus aliados se apoderaron rápidamente del país y, con mínimas dificultades, tomaron posesión de su capital, Bagdad. Por un momento ese inmediato triunfo hizo dudar a algunos, de la pertinencia del diálogo y de la negociación como el mejor camino para la resolución de los conflictos. El tiempo ha confirmado la insensatez de una guerra declarada sin esperar consensos multilaterales ni la anuencia de los organismos internacionales. Ha validado asimismo los esfuerzos y la acertada posición del gobierno chileno y también la sabiduría de la firme postura de la Santa Sede. Apoyado en su incontrarrestable fuerza militar y económica, Estados Unidos optó por el camino propio donde faltaron los consensos y las alianzas mayores. Su gobierno prometía revertir la inseguridad desatada por un terrorismo que puede castigar en cualquier lugar del mundo. Así, intervino en Afganistán para capturar a los responsables del atentado del 11 de septiembre de 2001 y luego se volvió contra Irak, bajo la doctrina de la guerra preventiva, con el fin de evitar el posible uso de hipotéticas armas de destrucción masiva. No hay fundamentos éticos que avalen una guerra preventiva contra quienes podrían llegar a ser potenciales agresores. Más aun, hoy sabemos que algunos de los motivos invocados para iniciar el conflicto —como reconoció Colin Powell— fueron infundados o falsos. No se encontraron las armas de destrucción masiva que se decía habrían puesto en peligro la seguridad de los Estados Unidos y del mundo. Tampoco se logró probar una vinculación entre Osama bin Laden y Saddam Hussein. Los esperados beneficios de la guerra preventiva hasta ahora no se vislumbran y sus costos están siendo muy altos. Irak se encuentra dividido, el rechazo a los invasores se manifiesta cada día con más fuerza y la normalización se ve aun muy lejana. No bastan las armas para conquistar una nación. El terror no ha disminuido, la guerra no ha terminado. Inseguridad permanente La inestabilidad y los enfrentamientos crecientes en los que está sumido Irak corroboran la tesis de que nunca debió descartarse el diálogo y la aplicación de otras medidas de presión y de disuasión que evitaran una agresión bélica. Después de un año del fin de la guerra de Irak, la inseguridad y la violencia no han disminuido en el mundo. Es más, la reciente masacre de gente inocente perpetrada por terroristas en Madrid nos señalan lo contrario. La desestabilización que acarrea la situación afgana e iraquí desde las intervenciones de Estados Unidos se superpone al prolongado conflicto palestino-israelí que ha sido fuente de profundas odiosidades, cuna de mucho dolor y factor de inseguridad permanente en Medio Oriente. Creemos que mientras los organismos internacionales no cuenten con la fuerza y autoridad para buscar soluciones justas a este conflicto, será muy difícil alcanzar la paz y una mayor seguridad para la región y el mundo. Un nuevo orden mundial Surge una vez más la necesidad de bregar por una autoridad política supranacional que resguarde el derecho, la paz. Que tenga capacidad real para controlar las fuerzas negativas a través de un uso legítimo de la fuerza. Hasta ahora, las Naciones Unidas no lo han podido hacer. Las alternativas no pueden ser o quedar a merced de Estados Unidos o de los grupos terroristas más sofisticados. La adopción consensuada de cursos de acción a través de organismos internacionales multilaterales eficaces —siendo más lenta y compleja— conferiría a cualquier decisión una legitimidad mucho mayor. La sujeción al derecho internacional, a la democracia y al respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, incluso en la hipótesis de un uso legítimo de la fuerza, podría acercarnos a un nuevo orden mundial más estable y pacífico. La constitución, a través de consensos de las naciones, de una autoridad internacional podría contribuir eficazmente al bien común universal. Contribuir a la paz No puede bastarnos lamentar el actual desorden. La paz se construye con el conocimiento y respeto de las culturas y creencias de los pueblos en toda su complejidad. Favoreciendo el arreglo de los conflictos y la prevención de otros posibles. También cuando se promueve la justicia, la educación y los derechos civiles, políticos, sociales y económicos del hombre. En esta tarea es fundamental la promoción del entendimiento y del diálogo entre los líderes de las diversas religiones. De igual manera, no es menos necesario que se limite la proliferación de las armas y se reprima su tráfico ilegal. No podemos dejar sólo en manos de los organismos internacionales la responsabilidad de la consecución de la paz. Es también tarea de las distintas esferas de la sociedad civil. En especial los cristianos estamos llamados a servir la causa de la paz, que es obra de la justicia, participando activamente en la vida pública y contribuyendo al progreso del bien común de la humanidad. Lo haremos si buscamos junto a otros soluciones creativas a los nuevos problemas que afligen a los pueblos, aportando nuestra perspectiva, la de una antropología cristiana que respeta, promueve y defiende la dignidad de cada ser humano.

Artículo publicado en Jesuitas.cl







posted by Tadeo Infante @ 3:25 PM, ,


JACQUES MARITAIN

Juan Pablo II

Jacques Maritain, sin hacerse ilusiones sobre las dificultades de la tarea ni sobre la longitud de la ruta a recorrer, tenía la convicción de que, si el humanismo de la Encarnación debe inspirar el proceso de civilización, requerirá necesariamente de un gran heroísmo y de valientes iniciativas por parte de los cristianos.

Muchos aspectos de este pensamiento anticipador han pasado al ámbito común, como la participación activa de muchos en la vida socio-política, el sentido agudo de la justicia en un mundo de desigualdades escandalosas, la solidaridad con los pobres y los marginados, con los pequeños de este mundo, y la reintegración de las masas.

Él era el hombre del diálogo. Sin compromiso cuando la verdad era cuestionada, no fue nunca partidista en la defensa de sus propias ideas... Bajo esta perspectiva, lanzó un reto que merece ser acogido por todos los que quieren ser honestos servidores de una verdad que no es la suya, porque los trasciende. Verdad que debe descubrirse en una búsqueda que es, al mismo tiempo, compromiso de una investigación seria desde el punto de vista científico, y apertura a la contribución superior de la revelación, delante de la cual es necesario tener una actitud de fe y de amor.

En eso Maritain fue realmente un maestro.

Es también por eso que su pensamiento concuerda ejemplarmente con el gran proyecto del Magisterio de la Iglesia para el tiempo contemporáneo: Revivificarlo y renovarlo todo en Cristo, poniendo la fe en contacto con la cultura y la cultura en contacto con la fe.

(Fragmento de una carta al Rector de la Universidad Católica de Milán. 15 de Agosto de 1982)

posted by Tadeo Infante @ 10:18 AM, ,


NOVEDAD DEL DISCURSO SOCIAL DE JUAN PABLO II

El pontificado de Juan Pablo II no solamente ha sido uno de los más largos de la historia, sino que ha sobresalido por su riqueza doctrinal y esto vale particularmente en el campo de la doctrina social. Una reflexión sobre el pensamiento de este gran hombre nos revela que, aunque quizá no hay muchas cosas nuevas, se puede hablar de una gran novedad. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción?


Con frecuencia el Papa habló de las “cosas nuevas y viejas”, con una clara referencia al escriba del Evangelio. Mucho insistió también, sobre la “continuidad y renovación” del discurso social católico. Los autores tienen la tendencia a señalar períodos muy precisos en la historia de los cien años transcurridos desde la Rerum novarum (RN) hasta la Centesimus annus (CA). Algunos indican el pontificado de Juan XXIII como el momento del cambio, mientras otros señalan el Vaticano II. A mi manera de ver, el verdadero cambio se da con el magisterio del Papa Wojtyla. En realidad, Juan XXIII introdujo una metodología más inductiva, lo que lo llevó a considerar algunos problemas inéditos como la socialización, y abandonó la actitud apologética. Pero, en el fondo, dejó prácticamente intacta la naturaleza del discurso. El Vaticano II, con la Gaudium et spes (GS) abre la reflexión teológica y centra el discurso en torno a la antropología1, pero, en cuanto a los contenidos, no va mucho más allá de las dos encíclicas de Juan XXIII, que resumieron, enriqueciéndolo, el magisterio de Pío XII. Con todo, hay que aceptar que la Constitución pastoral marcó una etapa nueva en cuanto a la actitud de la Iglesia de ponerse en diálogo con el mundo con la posibilidad, inclusive, de aprender algo de él.

Juan Pablo II toma la GS como punto de partida y hace de todo su magisterio una estupenda y profunda catequesis del documento conciliar, sobre todo de los primeros capítulos y, muy especialmente analiza el sentido de los números 22 y 24 en los que se afirma que Cristo revela plenamente el sentido del hombre al hombre y que el hombre es la única criatura que Dios ha amado por sí misma. Es necesario advertir que la correcta interpretación del magisterio de Juan Pablo II supone conocer el pensamiento de Karol Wojtyla, el hombre que en su díálogo con la fenomenología husserliana, y mediante la experiencia del Vaticano II, logró hacer una estupenda síntesis de su pasado neo tomista con la metafísica personalista. Wojtyla no rompió propiamente con la escolástica, pero recorrió un camino muy distinto que, entre otras cosas, lo llevó a pensar en la persona concreta, no en la noción abstracta propia de la filosofía tradicional. De esos hombres y mujeres situados e históricos, hizo el camino que la Iglesia tiene que recorrer en el desempeño de su misión.

No es fácil interpretar al Papa. Su pensamiento eslavo es profundo y, aparentemente, repetitivo, pero, en realidad lo que parece una redundancia representa una profundidad siempre creciente. A diferencia de otros Papas, Juan Pablo II es social en todo su magisterio y ello requiere un esfuerzo de interpretación nada fácil, pues supone el conocimiento de todos sus grandes documentos y de cada uno de ellos, punto por punto.

Lo dicho se aplica de manera particular a la primera encíclica de su pontificado, la Redemptor hominis (RH) que es la clave de lectura del pensamiento wojtyliano. En general se puede decir que la primera encíclica de un Papa es programática y esto vale especialmente de Juan Pablo 112. En cierta manera en ella están presentes todos los temas que encontraremos en los 27 años de servicio pastoral. La clave de lectura es la antropología cristológica y el mismo Papa, en su segunda encíclica, Dives in misericordia, describe la RH, curiosamente, como una encíclica sobre el hombre.

Toda la realidad es vista por el Papa desde la perspectiva de la persona. Así, por ejemplo, reflexionando sobre el fantástico progreso que ha alcanzado la humanidad, afirma que la primera inquietud de todo cristiano tiene que referirse “a la cuestión esencial y fundamental: ¿este progreso, cuyo autor y fautor es el hombre, hace la vida del hombre sobre la tierra, en todos sus aspectos, “más humana”?; ¿la hace más “digna del hombre”? si el hombre, en cuanto hombre, en el contexto de este progreso, se hace de veras mejor, es decir, más maduro espiritualmente, más consciente de la dignidad de su humanidad, más responsable, más abierto a los demás, particularmente a los más necesitados y a los más débiles, más disponible a dar y prestar ayuda a todos”.

Encontramos en estas líneas la continuación de la preocupación del Concilio por construir un mundo más humano, pues el crecimiento del hombre tiene que ser espiritual y moral. Desarrollando la noción del dominio de la creación, como misión asignada al primer hombre y a la primera mujer, Juan Pablo lila completa afirmando que ese dominio consiste en la prioridad de la ética sobre la técnica, en el primado de la persona sobre las cosas, en la superioridad del espíritu sobre la materia. He aquí el parámetro para evaluar cualquier sistema o modelo histórico que se debe tener presente cuando se leen las llamadas “encíclicas sociales” si se quiere hacer de ellas una lectura justa.

Pensar en el hombre supone definir su situación en el mundo contemporáneo distante de las exigencias objetivas del orden moral, distante de las exigencias de justicia y, más aún, del amor social. Juan Pablo II anticipa así en la RH un pensamiento que desarrollará durante su pontificado.

Profundizando en los problemas del hombre contemporáneo encontramos a la base la carencia de una verdad objetiva de la que derivan los totalitarismos, los abusos, la manipulación consumística que aliena al hombre contemporáneo y lo reduce a una verdadera forma de esclavitud. El problema de la justicia es otra gran preocupación del Papa y debe ser la de todo cristiano. En casi todas las encíclicas de Juan Pablo II encontramos una referencia a la realidad de millones de personas que mueren por falta de lo necesario, y que son marginadas en tantas formas. Ante esa realidad surge la exigencia de lo que el Papa en la RH llama el “amor social”, que luego se convertirá en la solidaridad, virtud basilar de su magisterio.

En el mundo dominado por el mercado se quiere imponer un concepto inaceptable de libertad que va unido precisamente a un comportamiento consumístico no controlado por la moral, lo cual limita contemporáneamente la libertad de los demás, es decir, de aquellos que sufren deficiencias relevantes y son empujados hacia condiciones de ulterior miseria e indigencia. Aquí se ve la interrelación entre los fenómenos sociales y la centralidad de la justicia, pues las víctimas son siempre los pobres. Vale la pena notar cómo, contrariamente a cuanto pretende la ideología dominante, el mal uso de la libertad de los poderosos limita la libertad de grandes masas de la humanidad.

Encontramos así en la RH la clave de lectura que no ha sido tenida en cuenta por muchos de los comentaristas de la Centesimus annus que han deformado gravemente el pensamiento del Papa y han disimulado la crítica de fondo que él ha hecho del sistema económico dominante. Más que una encíclica sobre economía, se trata de una reflexión antropológica sobre la situación del hombre en el mundo dominado por la ideología del mercado. Es una respuesta-propuesta antropológica, a la visión cerrada del hombre que esta ideología propone. Se trata de ofrecer los criterios para interpretar el sistema económico. De éstos, el principal es el hombre mismo visto en su realidad de imagen de Dios con quien, por lo mismo, tiene una verdadera afinidad. El hombre tiene así una realidad trascendente que hace que no solamente puede usar de los bienes de la creación, sino que debe subordinar su uso a la semejanza divina del hombre y a su vocación a la inmortalidad. Este es el parámetro interior según el cual se debe medir y orientar la economía.

Juan Pablo II, especifica el tradicional concepto de la destinación universal de los bienes con el de la “donación” hecha por Dios a los primeros y, en ellos, a cada hombre y mujer. Esa donación, cuyo progreso es fruto del patrimonio histórico del trabajo humano, constituye el gran banco del trabajo en el cual se realiza toda la actividad humana. Ya en Laborem Exercens aclara el Papa que la propiedad se adquiere, ante todo mediante el trabajo, para que ella sirva al trabajo. Los medios de producción creados o mejorados por el trabajo humano, no pueden ser poseídos contra éste, ni para poseer. Así se explica la dureza del n. 43 de CA:

“La propiedad de los medios de producción, tanto en el campo industrial como agrícola, es justa y legítima cuando se emplea para un trabajo útil; pero resulta ilegítima cuando no es valorada o sirve para impedir el trabajo de los demás u obtener unas ganancias que no son fruto de la expansión global del trabajo y de la riqueza social, sino más bien de su compresión, de la explotación ilícita, de la especulación y de la ruptura de la solídaridad en el mundo laboral . Este tipo de propiedad no tiene ninguna justificación y constituye un abuso ante Dios y los hombres.

Quien así se expresa no es un utopista ni un revolucionario. Es alguien que ha vivido la dureza del colectivismo marxista y, por tanto, no siente simpatías por dicho sistema ni se deja arrastrar por los señuelos de su ideología. Es un Papa que ha comprendido que su misión es no solamente anunciar al mundo la correcta visión del hombre y de la humanidad, sino declararse un acérrimo defensor de su dignidad amenazada por el materialismo práctico que niega toda realidad trascendente y hace superflua la fe.

Sergio Bernal Restrepo sj
Profesor Universidad Gregoriana de Roma

posted by Tadeo Infante @ 10:15 AM, ,


Estados Unidos:dar hasta que duela

El segundo hombre más rico del mundo, Warren Buffet, decidió donarle 31 mil millones de dólares al más rico de todos: Bill Gates. Así fortalecerán la fundación de Bill & Melisa Gates, que cuenta con 30.600 millones de dólares, dedicada a mejorar la educación y la salud. Un radiante Bill Gates aventuró que con semejantes fondos se encontrarán curas para las 20 principales enfermedades que flagelan a la humanidad. El traspaso de dineros de Buffet a Gates es para gasto inmediato. El millonario norteamericano exige que los 1.500 millones de dólares anuales que traspasará sean distribuidos el mismo año de recepción. Buffet, conocedor de los hábitos burocráticos de administradores amantes de retener dineros o de reinvertirlos, postergando a los desposeídos y sufrientes, puso como condición un activo plan de gastos.

El filántropo de 75 años, que goza de buena salud, señaló en relación a su desprendimiento que “hay más de una forma de ganarse el cielo, pero esta es una gran forma”. En un plano más terrenal está el decir que nadie se lleva su fortuna a la tumba. Andrew Carnegie, que amasó una enorme riqueza en la industria del acero en Estados Unidos en el siglo XIX, la donó antes de expirar. En dinero actual, su legado a las bibliotecas públicas de Estados Unidos y otros países fue de 4.100 millones de dólares y, además, Carnegie dejó una frase para el bronce para los multimillonarios que le seguirían: “El que muere rico, muere desgraciado”. A la mayoría de los muy adinerados esto no ha parecido quitarles el sueño. Otro gran filántropo norteamericano provino de la industria petrolera y fue John D. Rockefeller, que destinó 7.600 millones de dólares al bien público. Estos dineros contribuyeron a mejorar la investigación médica en universidades y fue clave para el desarrollo de la vacuna contra la fiebre amarilla.

Buffet hizo su fortuna a través del fondo de inversiones Berkshire Hathaway Inc., un nombre desconocido para muchos. Sin embargo, las empresas en que el fondo invirtió son emblemáticas: Coca-Cola, American Express y Disney. La mayoría de los chilenos tiene alguno de los productos de empresas controladas por el fondo en su baño. En el 2005, Buffett fue uno de los arquitectos de la fusión entre Gillette, de la cual es accionista principal, y Procter & Gamble (P&G). El negocio enriqueció sus arcas en unos 645 millones de dólares. No todos ganaron. Unos seis mil empleados de P&G, de una fuerza de trabajo de 140 mil, perderán sus empleos. Esto le ha valido críticas desde el mundo sindical. Buffet lo sabe y en una entrevista explicó: “El sistema de libre mercado no ha favorecido a los pobres”, e ironizó sobre los que han heredado riqueza y los llamó “socios del club del espermatozoide afortunado”.

La derecha católica tampoco tiene simpatía alguna por la vocación liberal de Buffet y Gates. El sacerdote Thomas J. Euteneuer, de Human Life Internacional, acusa a Buffet, que no es católico, de donar fondos a lo que considera una organización anticatólica como lo sería Catholics for a Free Choice (Católicos por la libre elección), un grupo que, a su juicio, mina las enseñanzas católicas sobre la santidad de la vida humana. En concreto, Euteneuer señala: “La Fundación Bill & Melinda Gates también ha donado millones de dólares a organizaciones que promueven el aborto alrededor del mundo. La fusión entre Gates y Buffet podría significar la condena para familias del mundo en desarrollo”. Uno de los aspectos que irrita a los críticos del sector clerical es el enfoque de la Fundación Gates que vincula el sida y la pobreza. Junto con buscar una cura para el mal, ha impulsado una campaña de conciencia pública, y con ese objetivo ha destinado miles de millones de dólares para el diseño de políticas públicas que no contemplan la abstención como una solución realista. El sida, que ya ha cobrado decenas de millones de vidas y promete apagar muchas más, requiere de enormes fortunas si han de encontrarse remedios que lo tornen en algo tan remoto como la fiebre amarilla. En este sentido, una fortuna tan cuantiosa como la que combinarán ambos milmillonarios, tiene posibilidades de contribuir a librar a la humanidad, y en especial a los más pobres de África, de un azote que amenaza con despoblar a varios países.

Administrar bien más de 60 mil millones de dólares para enfrentar retos tan complejos como los de la salud y la educación es una tarea titánica. Aunque lo ha negado, Buffet le habría exigido a Bill Gates que dejara su cargo ejecutivo en Microsoft para tomar el timón de la fundación. Quizás aquí está la explicación a la reciente renuncia de Gates y su anuncio de que dedicará el grueso de su tiempo a la fundación. Corresponde decir gracias a los filántropos Gates y Buffet; ojalá otros sigan vuestro ejemplo.

Raúl Sohr

posted by Tadeo Infante @ 12:48 AM, ,


El déficit democrático genera peligrosos mitos

"Sociedad civil" y "ciudadanía" son conceptos poco transparentes con los que se apunta contra las carencias actuales de la tarea política. Pero lejos de resolverlas, pueden erosionar la legitimidad de las instituciones.


Existe una cierta paradoja en que la democracia aparezca en América latina en forma generalizada —y uno podría decir ya consolidada— justo cuando ella, y la política más en general, atraviesan por un momento en que están cuestionadas en su relevancia para resolver los problemas y para expresar las demandas de la sociedad.

Porque la democracia no es otra cosa que un espacio en que una población convertida en ciudadanos toma decisiones relevantes para sus vidas a través de representantes elegidos en el Estado. Pero, por un lado, los procesos de globalización parecen quitarles a las comunidades políticas su capacidad de decisión sobre muchos problemas cruciales que quedan entregados a los mercados transnacionales y a los poderes fácticos de todo tipo.

Y, por otro lado, las nuevas formas de exclusión, desigualdades y pobreza generan condiciones en que se hace difícil un ejercicio real de la ciudadanía.

Este déficit democrático estructural y sustancial, más allá de los problemas propios que las instituciones de cada país tengan —y que ha sido estudiado y enfatizado por el ya clásico informe del PNUD sobre la democracia—, ha llevado al levantamiento de un nuevo mito, el de la sociedad civil y la ciudadanía.

Como todo mito tiene un núcleo racional, que es la crítica a una política y a instituciones que parecen distanciarse de "la gente", distancia que en épocas anteriores tendía a acortarse por el papel movilizador de las ideologías y los proyectos políticos populistas o revolucionarios. También este núcleo racional lleva a la demanda de una democracia más participativa que la simple pero fundamental participación electoral.

Pero también puede llevar a la exaltación de la sociedad civil y la ciudadanía como expresión de "las preocupaciones de la gente", convirtiendo a aquellas instancias ya no en contrapeso necesario del Estado y la acción política, sino en el sustituto de ésta.

La crítica a una determinada política o al funcionamiento de determinadas instituciones se transforma en la crítica a la política misma. Y a la superación de esto no contribuye una clase política perpleja que, o se refugia en sus métodos tradicionales que ahora ya no sirven como a la representación o movilización políticas, o ceden a esta anulación de la política a través de convertirse en los portavoces de "los problemas de la gente".

El "estilo ciudadano" y la "centralidad" de la sociedad civil pueden llevar, en muchos casos, a erosionar la legitimidad de instituciones que se crearon precisamente para asegurar la representación de la gente. En otras palabras, una secreta complicidad en tre los políticos y la sociedad para saltarse las instituciones en vez de reformarlas y generar otras nuevas.

En esta construcción mítica, la sociedad civil aparece dotada de una virtud y homogeneidad que contradicen la realidad de intereses particulares y contrapuestos propios de la condición humana, y la ciudadanía aparece sólo en su dimensión de derechos individuales y no de pertenencia a una comunidad política. La consecuencia es que la política tiende a disolverse en la farándula, la mediatización, la acción puramente corporativa, la autorreferencia de la clase política, la oferta de respuestas fáciles a las demandas de la gente.

Por otro lado, estos llamados a la sociedad civil y la ciudadanía, que sin duda como hemos dicho responden a una falencia estructural más que voluntaria de la política, aparecen como retóricos, porque no van acompañados ni de la creación de nuevas instituciones de participación ni tampoco de reformas de las instancias que mejor pueden resolver la relación entre el Estado, la política y la sociedad, que son los partidos políticos.

Es evidente que la responsabilidad es compartida: una sociedad civil cuyos portavoces denigran la política y una ciudadanía que sólo piensa en derechos individuales y no en la construcción de una comunidad, por un lado; y una clase política más preocupada de asegurar su sobrevivencia como tal que de reformar la política y las instituciones, por otra.

Pero a ello hay que agregarle el papel que juegan ciertos organismos financieros internacionales que exaltan a una sociedad civil y un ciudadano abstractos que en la realidad sin embargo se transforman en clientes o beneficiarios de políticas tecnocráticas que condenan como populismo todo lo que se aleja de ellas.

Porque la cuestión central es, como ha indicado la CEPAL, la conformación de un nuevo pacto social que lleve a un Estado de protección en América latina en un marco democrático y de un modelo de desarrollo no subordinado a la globalización.

Si es así, no se ve que ese pacto pueda hacerse solamente por actores sociales clásicos muy debilitados o los actores nuevos, variables y sin tener la envergadura y consistencia para compromisos de lago plazo, es decir, sólo como un acuerdo entre ciudadanos u organizaciones de la sociedad civil.

Si el acuerdo o pacto social no tiene una dimensión partidaria dominante, será imposible que cristalice en instituciones que lo respalden y legitimen. La política y los partidos no podrán ser reemplazados y jugarán un papel aún más importante que en el pasado en la conformación de un pacto social.

De ahí la necesidad de su transformación y relegitimación.

Manuel Antonio Garretón SOCIOLOGO, DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE

posted by Tadeo Infante @ 12:12 AM, ,


La globalización neoliberal y la individuación

Introducción

El presente ensayo relata como a fines del siglo XX y comienzos del XXI las sociedades comienzan a vivir un proceso de globalización acelerado, acompañado por un sistema económico e ideológico neoliberal, que impuso un estilo de vida centrado en el mercado, siendo el individuo la categoría central, el gran jugador. En Chile este proceso de asentamiento neoliberal, se da por la fuerza y el orden, sin ninguna legitimidad política, donde no hubo alternativa posible de lucha; y que persiste hasta hoy. Lo que fue provocando poco a poco el consentimiento generalizado de aceptación de un modo de vida y que fue a su vez impulsado por la perdida de referentes políticos de lucha, donde el gran ganador fue el mercado tanto privado como público. La tesis que quiero proponer es que la globalización neoliberal ha producido un proceso de desintegración social que ha tenido como uno de sus efectos la individuación. Problema que será abordado desde la perspectiva del consumo como referente de pautas de conductas y estilos de vida; desde la tecnología de Internet como el gran comunicador impersonal; desde la privatización del espacio publico y del debilitamiento de la política; entre otros; todo aquello redunda en la conformación de un individuo que pierde como horizonte la transformación colectiva de la sociedad. De esta manera concuerdo con la tesis de Jorge Larrain (PNUD-2000) respecto a que la dictadura produjo un cambio cultural profundo que colocó al consumo como base de construcción de identidades y búsqueda de reconocimiento.

La globalización neoliberal y la individuación
En el Siglo XXI nos encontramos inmersos en un proceso de Globalización (1), una sutileza más del capitalismo, que se refiere a una nueva forma (y no tan nueva) de sometimiento y dominación en términos económicos, culturales, comunicacionales e ideológicos; donde los países en desarrollo lo asumen como sistema de vida sin siquiera pensar si existe una alternativa para su transformación. Entonces, se reconoce como un hecho dado, como algo natural, que no es posible de cambiar. Lo que ha traído como consecuencia para nuestras sociedades, la adquisición de pautas de vida y de consumo identificados con el mercado y el individuo como única categoría de análisis, siendo "el mundo de los negocios y el consumo el nuevo mundo político" (2), dejando de lado el espacio público, lo colectivo, como posibilidad de transformación social.
De que estamos hablando, de un sistema mundial capitaneado por algunos imperialistas (EEUU y otros), que nos imponen una "integración económica" liderada por el neoliberalismo acérrimo, que trae consigo desventajas comparativas para los pueblos Latino Americanos. Parafraseando a Norbert Lechner (3) "nos enfrentamos al siguiente dilema: por una parte, el desarrollo económico depende de una inserción competitiva en los campos más dinámicos del mercado mundial (con todo lo que esto implica) y por otra, la apertura al exterior profundiza aún más las ya graves desigualdades sociales al interior de la sociedad latinoamericana". En este sentido, se produce una fragmentación por la falta de incorporación a los procesos sociales y económicos, y a su vez, una integración segmentada que se realiza a través del consumo (para saciar los apetitos de individualidad), que traen consecuencias negativas para los sectores que no se encuentran incluidos y produce nuevas capas de excluidos. Entonces el fruto del crecimiento económico en este modelo globalizado ha sido para las minorías privilegiadas. No hay que olvidar que Chile tiene una de las peores distribuciones del ingreso de Latino América. Así, "el neoliberalismo convirtió al sistema financiero de nuestros países en una gigantesca fuente de poder y enriquecimiento de unos pocos, en base al monopolio del comercio del dinero, a la discriminación entre los usuarios del crédito y al aprovechamiento de los ahorros de los trabajadores, de los pequeños y medianos productores" (4)
Pues bien, en este marco global neoliberal, cambia la visión del Estado a uno que se condice con un tipo de institución que tiene que ser funcional a su proyecto económico-ideológico, por tanto debe permitir la existencia de un mercado regulado sólo en sus fallas, centrado en el individuo como consumidor y con políticas o políticos que no interfieran sus fundamentos. Como lo expresa Leopoldo Muñoz (5) "el neoliberalismo ha llegado a ser la mayor religión universal". En Chile, este modelo fue impuesto tempranamente por la fuerza y el terror del tirano, que permanece en sus fundamentos cada vez más complaciente con el ala gobernante, donde se persiste en la subordinación de la subjetividad. Se agrega ha este entramado el desdibujamiento del Estado-nación, que ya no es un referente soberano y autónomo, con poder para determinar sus políticas integrativas, sino uno que debe someterse a patrones políticos y económicos que socavan la solidaridad, la organización social de las naciones y su sistema económico; por tanto cambia la concepción de ciudadano. Así, el ciudadano es invitado a consumir sus derechos, donde se ha eliminado el ciudadano político que interfiere en el campo socio-económico, "desde las estructuras del poder se ha preferido mas bien desmovilizar" (6)
En este sentido, la política, en el marco global, ya no es considerada como un interlocutor válido de lucha entre Estado y sociedad civil, el mercado ha ido ganando espacios en forma desmesurada y la ha remplazado. Así lo observa Norbert Lechner, exponiendo que la política se ve "como la administración de un presente permanentemente acordado con el mercado. Es este el que reorienta la política" (7). Es a causa de esta nueva definición de la política que es negada y enfatizado lo individual, que hoy en Chile se plantea desde la nueva gestión pública, a la política pública, como mediador entre ciudadano (consumidor) y Estado. Entonces, ya no es el sistema político quien moviliza la conciencia colectiva. Como lo exhibe Dimas Santibáñez "el Estado y la necesidad de conducción política que este requiere, encuentra en las políticas públicas un equivalente funcional, lo suficientemente efectivo en el marco de la racionalidad desplegada, para articular la toma de decisiones económicas, políticas y sociales". En este esquema el ciudadano pasa a ser consumidor con derechos de exigir un producto de "calidad". Así, los gobierno de la concertación continúan retrayendo a la política, "la sociedad chilena actual se caracteriza por ser, ante todo una sociedad de mercado, o sea, una sociedad donde las reglas y dinámicas del mercado determinan la conducta, las expectativas y preferencias de la gente...la privatización de la política, una política entendida como extensión de las estrategias privadas, y la instrumentalización del Estado en función de las exigencias de la economía de mercado" (8) De esta manera, la política pierde su poder de encantamiento, todo parece un juego, que se organiza desde las cúpulas, entre políticos y dueños del capital -otra forma de mutilar a los movimientos sociales-, los que deciden qué hacer, cómo hacer y para quién hacer, sin comprometer en su más mínima expresión al sistema neoliberal.

Ciertamente, la globalización y la despolitización, producen perdida de referente de lucha social, lo que hace que nos volvamos al espacio privado, donde "la gente se retira del ámbito publico para volcarse a estrategias individuales de logro...la vida social se encuentra determinada por la vida privada, la cual establece el horizonte de sentido" (9). De esta manera las luchas colectivas quedan mudas, siendo el gran referente el consumo- a través del crédito- (en la medida de cada cual), convirtiéndose en la alternativa viable y única para satisfacer los deseos de libertad ausente. Agregándose además, dispositivos de crecimiento integral-personal (gimnasios, metafísica, superación de los Karmas, etc.), logrando con esto acercarnos cada vez más a la individuación. Así, surge un ciudadano neoliberal que es regulado por el mercado y obligado a ser consumidor de sus derechos. Parafraseando a Tomás Moulian, "esta sociedad, el Chile Actual, se concibe como un gigantesco mercado donde la integración social se realiza en el nivel de los intercambios más que en el nivel de lo político" (10).
Entonces es en el mundo de las ideas, de las concepciones, que la globalización neoliberal impone una cultura pensada por algunos como un "bien comerciable"; un estilo de vida (para los que se pueden integrar); modos de ser, de relacionarse, con mucho de fachada o estetización; que hace que los sujetos conserven solo su individualidad (unidad particular) en el sentido que desaparece el referente colectivo para pensar y transformar la realidad que es dada. La subjetividad aparece cercenada, donde cada persona adquiere un concepto de vida individualista, que a su vez, es homogéneo. Los individuos en tanto tal no pueden apropiarse del espacio cultural, ya que no participan mediante colectividades que forjen este ámbito. Las pautas de conducta o los estilos de vida responden a patrones preestablecidos por la dinámica de la globalización neoliberal ¡Buena cosa ha sido penetrar en las mentes de los individuos para que acepten el sistema como dado!
Ya no hay presencia de utopías que nos colectivicen, se ha borrado de nuestra historia la posibilidad de transformación. Hoy solo se piensa a la sociedad como estrategia de supervivencia individual, donde confluyen colectivamente solo a través del consumo "como una "producción de sentidos" que contribuye, a su manera, a darle significado a la vida cotidiana de las personas" (11).
Los modelos son impuestos y aceptados espontáneamente, sin mediar reflexión alguna que pueda modificarlos, como por ejemplo el consumo de ciertos productos, que dañando la salud, son incitados a consumir, con todo un basamento legal que les propicia su distribución.
En términos culturales, esta aldea global, ha facilitado la perdida de identidad, donde los "objetos extranjeros son apropiados y re-significados por las culturas nacionales, sin dejar de ser algo ajeno" (12), donde las redes de información (televisión, Internet, computación, entre otras) permiten instalar en cada sociedad bienes simbólicos transnacionales y traen consigo la promesa de la integración, que han sido los dispositivos facilitadores del proceso.
Así, estamos sometidos a redes de información comunicacionales que permiten la puesta en escena de bienes simbólicos transnacionales. Su consumo permite un cambio de estilo o enajenación, mediante el divertimento. Parafraseando a García Canclini " (...) La gente no ve lo que prefiere, sino que prefiere lo que le ofrecen " (13) Entonces, el consumo cultural se realiza sin reflexión crítica, donde la vida cotidiana se vuelve un continuo progresivo del consumo en todas sus dimensiones. Mientras los excluidos viven una cotidianeidad en aumento de la pobreza y de la no inclusión en los avances tecnológicos, donde se produce una nueva separación entre enchufados y desenchufados (como diría Martín Hopenhayn analfabetismo cibernético) Con una mirada futurista, se vislumbra que la tendencia de "Dios" será que todos tengan acceso a esta nueva forma de enajenación, mediante bajos costos de productos de la informática e inclusión del sistema en distintas esferas de la vida, como por ejemplo, en la escuela, y así socializar a toda la humanidad sin exclusión respecto del modelo dominante.
De esta manera el "dispositivo de saber" construye individuos trasnacionalizados culturalmente a través de adquisiciones de patrones foráneos en su consumo. Pues, una de las sutilezas de esta globalidad es el mundo virtual que se maneja a través de Internet como medio de comunicación, donde se llega a la conciencia individual con mensajes de consumo y de comportamiento que apuntan a conciliar la rapidez de respuestas universales con el acelerado mundo de la vida cotidiana. En general, este instrumento, el televisor y el celular apuntan a la individuación, dado que descontruyen relaciones interpersonales cara a cara no permitiendo movilizar la subjetividad, pasando a constituirse en representaciones simbólicas de status y prestigio.
Este modo no tiene sólo como consecuencia penetrar nuestra conciencia, sino también inmovilizarnos, que cada vez más el espacio privado nos contenga como una gran 'bola anaranjada' (único espacio posible), donde necesitemos relacionarnos lo mínimo con la esfera pública, y así los conflictos sociales queden ajenos en nuestra cotidianeidad, para que las luchas las de cada cual en su hogar, entonces se trata de privatizar hasta la existencia de ser.
Todos quieren ser consumidores, algunos pueden consumir toda la gama, otros se endeudan y consumen más que lo posible, otros son los marginales. Cada cual tiene la responsabilidad individual de satisfacer su necesidad de consumo. Así, "la conversación social...tiende a girar en torno a aspiraciones y frustraciones de consumo"(14) De esta manera nos volvemos consumidores acríticos como única salida, nos pos-individualizamos, "la palabra individualista nos resulta ahora más musical que la palabra colectivista, y ya no tan pecaminosa" (15).
Como consecuencia de este proceso globalizador, de las variadas formas de integración (económica, cultural, simbólicas, política, entre otras), se produce al mismo tiempo mayores posibilidades de desintegración (perdida de referentes ideológicos, pobreza, desmantelamiento de movimientos sociales, descultura, etc.). Los integrados de ayer y de hoy seguirán compartiendo códigos de consumo; mientras los excluidos seguirán siendo los eternos premodernos de la era de la globalización, ya que la integración no vendría dada por la modernidad. Entonces una de las paradojas de la globalización se relaciona con la propuesta de integración mundial como parte de la totalidad y, a su vez, con la desintegración social de viejos y nuevos segmentos; por un lado une y por otro desintegra. Tiene como dispositivo de saber construir individuos trasnacionalizados, a través de adquisiciones de patrones foráneos en su consumo, tanto para los que pueden consumir, y para los que no, incorporándolos de forma virtual, por ejemplo paseando por un Mall.
De esta forma se construye un cuerpo de verdades válidas acerca de la realidad, cualquier desviación radical que se aparte del orden institucional aparece como una anomalía. Entonces las desviaciones tienen que ser canalizadas a través de mecanismos que permitan integrar a este cuerpo de verdades. Así, la existencia de este orden social que es asumido como verdad, traspasando el nivel cognitivo, el nivel normativo, donde las estructuras tienen en forma inmanente el discurso del poder, no es otra cosa que una construcción de un poder "reificado" (16); entonces ¿cómo se entiende, la apología de la producción del hombre que influye de manera activa sobre el mundo?, ¿Cómo se puede transformar al individuo en sujeto?, ¿Cómo construimos subjetividad social? Es posible esto, si la referencia, se hace hacia la esfera privada, donde el individuo se transforma más y más en individuo, donde existen 'cirugías cerebrales' (olvido de la memoria histórica), donde se echan al olvido las desigualdades, tan sólo el acumular para ser feliz y donde los derechos humanos solo tienen sentido o se validan en el mercado. En esta lógica, el fenómeno global de integración no puede ser otro que el del consumo e individuación.
Eduardo Galeano


1 Andrés Sáenz Vergara: "La dominación en la aldea global y la táctica del imperio" . www.sapiensa.cl
2 Norbert Lechner: "Que significa hacer política. Documento de trabajo. Programa FLACSO-Santiago de Chile. Número 144, 1982.
3 Norbert Lechner: "El debate sobre el Mercado y el Estado" . Documento Internet
4 José Cademartori:. "Alternativas a la crisis neoliberal". www.attac.cl
5 Leopoldo Muñoz: "La invasión neoliberal en Chile". www.attac.cl
6 Sofía Correa, Consuelo Figueroa, Alfredo Jocelyn-Holt, Claudio Rolle y Manuel Vicuña: "Historia del siglo XX chileno". 2001.
7 Norbert Lechner: "Las ciudadanías Plurales". Fonadis y fundación Ideas.
8 y 9 Norbert Lechner : "Modernización y democratización": Un dilema del desarrollo Chileno. Documento.
10 Tomas Moulian: "Chile Actual: Anatomía de un Mito". Editorial LOM-ARCIS. Santiago de Chile. 1998.
11, 12 y 14 Desarrollo Humano en Chile. Nosotros los chilenos: un desafío cultural. Capítulo I: Los cambios culturales. PNUD-2002.
13 García Canclini: : "Consumidores o ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización". Editorial Grijalbo. México. 1995.
15 Martín Hopenhayn: "Ni apocalípticos ni integrados". Fondo de Cultura Económica de Chile. 1995.
16 Berger y Luckman. La reificación es la aprehensión de fenómenos humanos como si fueran cosas. Implica que el hombre es capaz de olvidar que él mismo a creado el mundo humano, y además que la dialéctica entre el hombre, productor, y sus productos pasa inadvertida para la conciencia. : "La construcción social de la realidad". Talleres gráficos DIDOT, Buenos Aires, Argentina. 1993

posted by Tadeo Infante @ 8:49 PM, ,